La luz natural, las situaciones informales y los chicos que Mano selecciona hacen de su proyecto un statement fotográfico de la perspectiva del artista sobre el desnudo erótico masculino y la fotografía de autor.
A Mano le resulta muy interesante cómo la fotografía erótica masculina se ha desarrollado a lo largo de la historia. Sólo a partir de los años 70 los artistas empiezan a representar cuerpos de hombres desnudos desde un punto de vista plástico, sin partir de una justificación acerca del motivo de sus obras. Hasta entonces esa tendencia existía, pero siempre encubierta. En este sentido la obra de Mano surge como resultado de mezclar su interés por la historia del erotismo, de la representación del cuerpo masculino en el arte y la atracción que él mismo siente por cierto tipo de belleza masculina.
No se puede dejar de mencionar la admiración que Mano siente por otros fotógrafos del erotismo masculino, como parte de lo que llevó a que ahora él forme parte de este grupo de artistas. Su fotografía es celebrativa del cuerpo masculino. Warhol, Pierre et Gilles, Bacon, Mapplethorpe, Weber, Ritts fueron, para él, los primeros que canalizaron esa tendencia y esto ayudó a alcanzar los primeros pasos hacia la verdadera libertad de expresión y normalización tanto del erotismo como del desnudo masculino en el Arte.
La pintura, aunque su temática fuese erótica o pornográfica, era clasificada como Arte y se colgaba en los museos, pero la fotografía estaba limitada al consumo privado. El carácter de representación directa de la realidad que tiene la fotografía hizo que, para su difusión, los artistas tuviesen que adoptar los códigos existentes en las otras artes plásticas, citando siempre a la Antigüedad Clásica. Pese a ello, toda esa fotografía erótica masculina enmascarada que va desde 1839 hasta 1969, marcó pautas y rompió tabúes, de manera que ha influenciado a la que se hace hoy, y no sólo a nivel artístico sino también publicitario. Se podría decir que la erótica masculina sin justificaciones en fotografía devuelve al Arte el lugar que ocupaba antes de la llegada del Cristianismo, antes de la llegada de las prohibiciones.
Los retratos que Mano realiza hablan de él mismo y de su mirada a través de otros cuerpos. Sobre la anatomía de sus modelos vuelca sus deseos, sus anhelos y sus sentimientos, se apodera de sus gestos y, en cierto modo, los vampiriza para plasmar en imagen la condensación de esta experiencia.
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