El arte me impulsa a atravesar mis miedos creando desde el amor.
Mi obra es una declaración de amor a la naturaleza.

Mi lenguaje es la danza, mi cuerpo la arquitectura orgánica con la que transito entre el mundo físico y espiritual. Fusiono disciplinas como la fotografía, el diseño, la arquitectura o el videoarte. Creando obras poéticas que se ubican entre lo escénico, lo visual y la performance.

Soy una vorágine de ideas que necesito canalizar a través del movimiento, en ese viaje consigo silenciar mi mente y escuchar mi intuición, la que me permite avanzar en el camino. Mi proceso creativo siempre pasa por observar la naturaleza, me sumerjo en ella con respeto dándole el espacio para que me revele sus geometrías, colores y texturas. Investigo y bailo con las sensaciones que encuentro para crear piezas que le den luz y voz en esta era tan artificial.

Sueño con una mejor versión del mundo y de mi misma acercándonos más a lo natural, comprender lo esencial. Es ahí donde me gustaría transportar al público, invitarlo a reconectarse con la fuente universal.